martes, diciembre 06, 2005

El luto de la conversación

Cuando desarrollo admiración por una persona, disparo (no concientemente, creo) un proceso de asimilación de usos, juicios y una que otra costumbre de esa persona.

En esta parte de mi vida, he dividido mi admiración entre dos tipazos y cuando uno opina y coincido con su opinión, dudo si es un acuerdo honesto y mi naturaleza acomodaticia la que habla, pero creo que en este asunto no es tan relevante esta cuestión.

Lo que sí quiero puntualizar son las perspectivas desde las cuales ha evolucionado mi afecto por el concepto Sabina. Primero me pareció divertido, para mí, aquello de los trenes que eran animales mitológicos fue un himno en mi época estudiantil universitaria.

Luego me gustó, encontré una propuesta musical que, para mi nivel cultural, resultaba novedosa y la disfruté de lo lindo. Nunca reuní toda la colección, pero discos como 'Física y Química' y 'Mentiras Piadosas' me llenaron. 'Esta boca es mía lo empecé a disfrutar después.

Para mi, '19 días y quinientas noches' me parece que alcanzó un gran nivel, junto con 'Esta boca es mía' y 'Yo mi me contigo'. Para mí fueron una ventana desde la que vislumbré ritmos y sobre todo versos. Creí que Sabina era un poeta.

La lectura me mostró que los versos no son de él y eso me desilusionó un poco. O un mucho y el nuevo disco parece un recalentado de lo que antes no cuajó. Quizá 'Números rojos'.

Creo que hay tres o cuatro canciones que disfrutaré, pese a que supe que no son creación suya los versos, como 'peces de ciudad'. Recupero las referencias intertextuales y renuevo mi interés por Pedro Abelardo y Eloísa. Y quiero platicar con mis dos grandes amigos, divertido con el apasionamiento que inspira este cantante.

Un abrazo amigos y el viernes habrá que dedicarle un espacio a esta sabrosa plática.



1 Comments:

Blogger Luis Boiler said...

Ante todo la pachorra. Eso es lo mio. El concepto Sabina es, en el ambito músical, lo que los tacos de buen bistec para el ánimo gourmet: se sabe de su falta de delicadeza culinaria, no se ignora la ausencia total de una innovación creativa a la nouvelle cuisine...pero...pero...ah, pero que requetebuenos son con salsita roja y una coca.

Gozar, gozar y gozar y antetodo: nunca perder nuestra capacidad de asombro y disfrute ante lo que valga la pena e implique un mínimo (aunque el mínimo sea muy mínimo para algunos) de trabajo.

11:18 a.m.  

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