lunes, agosto 28, 2006

Bitácora del Heliotropo

Entrega absoluta


En el horizonte Helios capturó la vista de Odiseo. No supo si surgía del mar o se sumergia en él, hasta el más insondable de sus abismos. Consideró que era la oportunidad de responder a preguntas que se le habían ocurrido en las playas de Ítaca:

-¿Qué hará la ballena cuando la sorprende el sol en su chapuzón nocturno?

-Habrá un pulpo audaz que quiera abrazar con sus tentáculos a esa brillante pelota naranja?

-¿Los delfines guardarán una prudente distancia?

-¿Los corales son de ese color, debido al efecto del sol al abandonar su líquida cuna?

Desde el fondo del mar, la perspectiva es inmejorable.

viernes, agosto 18, 2006

Bitácora del Heliotropo

Atracando en puerto desconocido

Desde la terraza la realeza observa con curiosidad, con desdén, quizá con temor al Heliotropo que atraca en el puerto mercante.

Los sirvientes de los mercaderes abordan la mítica nave y descargan de su interior misteriosas mercancías, que despiertan el júbilo y el sobresalto de la gente que se topa con la caravana de maravillas.

La máxima autoridad de la isla no refleja emoción reconocible en su rostro. Sabe que quien comanda la nave no hará su aparición, sino hasta que las multitudes se hayan disipado y la cubierta del Heliotropo sirva de plataforma desde la cual proyecte su personalidad sobre la ciudad. La paciencia majestuosa es su don y aguarda ese momento, mientras acaricia su paladar con un vino joven.

Hastiados nobles y plebeyos de los efectos de la novedad se retiran a sus respectivos asuntos y la terraza está desierta, excepto por una persona que otea el puerto sin cesar, mismo que como espejo, no contiene más almas que la del capitán del Heliotropo. Calipso desciende de la nave, espléndida, mientras Odiseo se dirige a la escalinata que conduce a la playa.


miércoles, agosto 16, 2006

Preocupación de Job

De pronto, me siento perseguido por la buena suerte. Todo me sale bien. Disfruto de salud,
de amor y de dinero. ¿Qué hice? ¿qué debo hacer para merecerlo?
¿Es una más de tus pruebas, Dios mío?

Jaime Sabines

lunes, agosto 14, 2006

¿Ogigia?

domingo, agosto 06, 2006

Any given monday

viernes, agosto 04, 2006

Endimión despertó

Un par de haces argénteos interrumpían la insondable oscuridad. Después de más de 13,000 noches Endimión despertó, sin saber que la cueva ocultaba la noche de luna nueva. Sus ojos le mostraron una silueta que de inmediato reconoció: Selene dormía un sueño que se le antojó bello. Con delicadeza, posó sus labios sobre los de ella y regresó a su sueño eterno.

Espejo del alma