Una imagen
Caminaba por la Ciudad de México, fascinado por la inmensidad de la ciudad, lo insignificante que puede ser un ser humano en esas calles y al ahondar en mi elucubración sobre las posibles consecuencias de cambiar el nombre del Estadio Azteca a Estadio Hern

Más adelante, de un pesero descendió una chica muy bella, pelirroja, joven e invidente. Era guiada por un hombre de edad avanzada y pensé en la pasión transformada en mujer, ciega y bella, apenas guiada por la sabiduría que da la edad.
4 Comments:
Bueno, bueno...¿y lo que sigue?
Ya fue mucho descanso. Ánimo, ánimo.
La imagen... estupenda, ahora que estás de este lado de la pantalla habrá un motivo más para no abandonar el diálogo.
No lo abandone.
Como siempre, un abrazo
Por cierto, inevitable recordar el cuadro de Brueghel el Viejo, Parábola de los ciegos, ¿lo conoces?
No conocía el cuadro, pero ante tu referencia me di a la tarea de buscarlo y sí, en efecto la imagen es similar, pero una variante que tiene otra estética.
Un abrazo
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